Nuevos Horrores

Una cosa es tener como ideal el "mens sana in corpore sano" (algo que espero alcanzar algún día, aunque por ahora no cumpla ninguna de las dos premisas), pero no acosta de sacrificar la propia salud.
Tanto los anoréxicos (aquellos que se niegan a comer y siempre están descontentos con su cuerpo), como los bulímicos (los que ingieren comida y luego la vomitan), e incluso los virgoréxicos (desorden de caracter reciente centrado en el excesivo culto al músculo), son personas que realmente necesitan ayuda porque no sólo están enfermos, sino que están al borde de la locura en multitud de casos. Pero no sirve de nada saber esto si a diario utilizamos las típicas frases de: "no, que estoy a dieta", "mira a ver cuantas calorías tiene eso" o sencillamente "no, que engorda".
Los niños son sumamente influenciables, y tienen muy pocos años que disfrutar como para que encima debido a una sociedad perturbada se estén dejando morir (y no exagero que muchos casos de estas enfermedades tienden a ser irreversibles y en niños ni me quiero imaginar las consecuencias).
No hay nada de malo en desear tener un cuerpo 10, pero hay métodos y métodos. Y el fin no justifica siempre los medios.
3 comentarios
Daphnaia -
Hablo con conocimiento de causa, no sólo por que estoy muy informada, sino porque mi madre ha tenido anorexia en varias etapas y yo he padecido un tipo de bulimia (que, por cierto, no tenía nada que ver con lo aprendido de los padres, pero nada de nada).
Sueño -
Nbon -