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El Paraíso de los Anhelos Perdidos

La Dama Luminosa

La habitación es silenciosa, y penumbrosa la escalera; una Luz desciende por ella. La mujer, clara, blanca, luminosa, se presenta en la tiniebla, en la oscuridad que sume a la sala; dulce, bella, como gustosa de verla así. Su vestido es fino, largo y negro, como su espeso cabello, y un blanquecino halo la envuelve.

Sus manos recogen parte de la larga falda de su, sedoso, vestido, pero sin permitir ver sus descalzos y anacarados pies. Su caminar a través del vacío y negro pasillo es lento, sensual y majestuoso; parece caminar al ritmo de una silenciosa marcha fúnebre. En contraste, su cabeza se mantiene triste, y en parte agachada, con su clarísima, casi blanca mirada, clavada en el suelo, a pocos pasos ante ella.

Llega a las puertas, y se abren solas, las puertas inmensas, forjadas y silenciosas; se vuelve por un instante, clavando en la lejanía su inconmensurable mirada; para girarse de nuevo y continuar su camino, perdiéndose su halo en la Espesa Negrura.

Es un Hada
La Reina,
de la Oscuridad,
enamorada.


H.Utopía 22 de Enero 2002

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