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El Paraíso de los Anhelos Perdidos

Negarse

Estaba sentada en la mesa de la cafetería, mirando a través de la ventana. Los coches cruzaban rápidamente ante mi vista. Él ya se había marchado. Por fin estaba sola. El ruido de la gente de mi alrededor me llegaba difuso y lejano. Sólo estaban mis pensamientos dando vueltas en mi cabeza y un cigarrillo medio consumindo en mis manos.
Di una calada y traté de desperezar mi cabeza. Todavía había muchas cosas a las que estaba dándoles vueltas. No quería más explicaciones ni más palabras vacías. No quería saber nada más de todo aquello. Y, sin embargo, me sentía vacía. Como si todo se hubiera quedado a medias. Como si necesitase que me diesen todas aquellas respuestas y explicaciones que nadie me había dado, principalmente porque no quería oírlas.
No pude reponerme después de aquello. Sencillamente terminé aquel cigarrillo y traté de continuar con mi vida como si nada hubiese pasado. Pero ya daba igual. Y todo daba igual. El tiempo seguiría corriendo y yo no habría aprendido nada de todo aquello. Al final el peso de los años caería sobre mí como si nada hubiese cambiado. Y durante todo ese tiempo, sencillamente me habría negado a vivir la vida.

4 comentarios

Dhaunae -

Siempre me fijo en el tema. Pero me doy cuenta de que alguna vez he mezclado "Textos Perdidos" y "Palabras". Supongo que por la asociación: los textos están formados por palabras sueltas (perdidas) y las palabras forman textos.

Mi grado de atención y concentración empeora a cada día que pasa.

Héctor -

Mira el tema. Los textos perdidos no son vivencias propias (habitualmente vamos) suelen ser pequeños ralatitos y cosas por el estilo. Mis vivencias están en Palabras

Dhaunae -

Como sé que no fumas, me he dado cuenta de que le he perdido el punto a tu blog. No entiendo nada. :S

Héctor -

Hoy he encontrado este relato situacional a medio terminar entre mis archivos. Me he decidido a terminarlo y dejarlo aquí. espero que os guste.