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El Paraíso de los Anhelos Perdidos

Infancias Marchitas

Banda Sonora: Never-Ending Story (Within Temptation)

Ella miraba a través de la ventana. Fura hacía un día gris. La vieja cja de música sonaba dulcemente, mientras la pequeña bailarina manca giraba una y otra vez en su interior.
Comenzó a bailar, tendió sus brazos y cogió a un acompañante imaginario y continuó danzando por todo el destartalado desván, con un movimiento delicado y suave entre los trapos y los muebles rotos, evitando las sillas y dejando que los escasos haces de luz que se colaban entre las cortinas jugasen entre sus larguísima melena castaña y su vestido de polvorienta gasa blanca.
Por un momento abrió los ojos y se detuve al verse en el espejo roto y sucio que colgaba de la pared desconchada. Dio un par de indecisos pasos e hizo una pequeña reverencia a la vez que inclinaba la cabeza. Giró la cabez a la izquierda y cogió una muñeca de porcelana, sucia y avejentada, que estaba tumbada junto al cochambroso espejo. Y continuó bailando por todo el desván con una enorme sonrisa en los labios.
Y así siguió durante un largo rato, mientras los haces de tenue luz bañaban escasos rincones de toda la habitación y la caja de música continuaba repitiendo su incesante música una y otra vez.
Y ella soñaba con sueños y fantasías de otros viejos tiempos, que nadie había imaginado antes. Con miles de historias que ella siempre creyó reales y guardó en peqeuñas cajitas en todos los marchitos rincones de su corazón. Y dejó que su imaginación y sus fantasías siguiesen volando.
Hasta que quedó de nuevo ante la ventana. Y se acercó indecisa de nuevo. Sentó a la muñeca en una pequeña repisa, apartó delicadamente lkas blancuzcas cortinas de desgastada tela y abrió la ventana.
El viento azotó sus cabellos y una enorme sonrisa se bibujó en sus rostro. Y la luz inundó toda la habitación.
Hacía mucho que se había vuelto loca. Pero se negó a desterrar sus sueños y fantasías de su corazón. Había decidido ser una niña por siempre

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