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El Paraíso de los Anhelos Perdidos

Deseo

Mi cuerpo se mueve al ritmo acompasado de la música. Mis caderas acarician al aire con cada golpe hueco de los timbales. Mi oscura melena se revuelve en el trajín del baile. Siento sus ojos recorriendo mi piel morena y ardiente, mientras giro una y otra vez sobre mí misma. Mis manos dibujan las viejas historias de Arabia en las nubes de incienso. Exhalo en el clímax de mi éstasis. Cojo uno de los velos de mi cintura y lo arranco con suavidad. Sobrevuela ligero el aire y se pierde entre las brumas del humo. El sudor resbalo por mi carne y se evapora sobre mi fogoso cuerpo. Otro golpe de cadera y los cascabeles que penden de ella estallan en un clamor de titilantes sonidos. Le miro. Me mira. Sus ojos negros se clavan en mi cuerpo. Le deseo. Me desea.
Soy una bailarina. Soy una amante. Soy una mujer. Soy un objeto. Soy el fuego y el ardor. Soy el propio deseo.

1 comentario

Marta -

Sin comentarios, me ha encantado este texto perdido.