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El Paraíso de los Anhelos Perdidos

Mitología, Leyendas, etc...

Mnemosine

Mnemosine era una de los titanes, y al igual que todos ellos descendía de Gea y Urano. Ella era la encargada de la memoria. Entre las muchas correrías de su sobrino Zeus tuvieron un romance y durante nueve noches seguidas hicieron el amor. De aquella unión nacieron las nueve musas: Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpomene, Polimnia, Tersícore, Talía y Urania; señoras de las artes, en un concepto muy diferente al actual.
Aparte de aquello poco más se sabe de aquella titán, por otra parte tan importante. Mnemosine es otro de aquellos dioses de los que poco se recuerda. Prometo hablar de sus hijas las musas pronto.

Eurídice

Es muy posible que uno de mis personajes favoritos de toda la Mitología sea Eurídice. La ninfa que descendió a los infiernos y a la que Orfeo fui incapaz de salvar.
Desde niño me encató la mitología Griega (y creo que actualmente sigue siendo una de mis favoritas) y desde siempre me llamó la atención esta historia. Aunque por aquel entonces me gustaba mucho más la personalidad de Orfeo, y ahora es muy posible que sea Eurídice el personaje que me llama más la atención dentro de la historia.

Eurídice era una ninfa (una dríade si no recuerdo mal) que fue mordida por una serpiente a la altura del tobillo y que murió como consecuencia del veneno de ésta. Así fue como descendió a los infiernos. Su amante, Orfeo, fue incapaz de asumirlo y decidió penetrar en el Hades y tratar de rescatarla.
Orfeo era un gran lirista, de hecho llegó incluso a derrotar a Pan en el arte de la Música (otros dicen que fue a Apolo). Se supone que su gran calidad artística se debía a que era hijode alguna de las musas (unos aseguran que Calíope, otros que Euterpe e incluso algunos que Urania). Pero la cuestión es que estaba tan sumamente enamorado de su amada como para descender a los infiernos y atravesarlos enteros hasta encontrarla y devolverla al reino de los vivos.
Con su cítara encandiló a Cerbero, el gigantesco perro guardián de tres cabezas, y traspasó las puertas del Hades. Luego convenció a Caronte, el barquero de la laguna Estigia, para que le permitiese pasar y así llegó hasta los aposentos de Perséfone dama de los muertos y diosa de la Primavera. También ella cayó en el hechizo de su cítara, y tal vez en parte por ese encantamiento o porque ella también se sentía encerrada en parte en aquel lugar. Permitió que Eurídice se marchase con una condición. Que Orfeo no la viese hasta que ambos hubiesen salido a la superficie, entre los vivos.
Ambos comenzaron a andar entre los angostos pasadizos subterráneos del reino de los muertos. Y Eurídice caminó tras Orfeo en silencio hasta que comenzaron a ver la luz al final del largo túnel. En ese momento Orfeo dudó, pues los pasos de Eurídice eran tan livianos y silenciosos que no emitía sonido alguno. Él se giró y la vio desvanecerse. Entonces supo que ya no había esperanza de que retornase con él.
Orfeo se convirtió en un hombre angustiado y entristecido. Rechazó a todas las mujeres que le pretendieron, pues ciertamente Orfeo era un hombre muy apuesto. Y finalmente ellas hartas y enloqueidas de amor por un hombre que las rechazaba enamorado de una difunta lo asesinaron, lo descuartizaron y distribuyeron los pedazos de su cuerpo dejando que se los llevase un río.


Orfeo fue sin duda el primer poeta trágico. Y Eurídice la primera difunta que aparecío en un poema. El romanticismo tomaría su historia y les cambairía los nombres mil y un veces. PEro ellos seguirían siendo los primeros a los que rozó la más triste de las tragedias.

Ondina

Una de las leyendas que siempre más me ha gustado ha sido la historia de Ondina.

Ondina era una Nixie, un tipo de ninfa acuática de la Europa central, ella era una princesa de su raza, pero al igual que el resto de las nixies carecía de alma. La única orma en la que una nixie podís conseguir una era casándose por amor con un mortal.
Se dio la casualidad de que Ondina se enamoró de un hombre, un príncipe. Y su amor se vio correspondido. Habló con el rey de las nixies, que vivía en un enorme palacio de cristal bajo un tranquilo lago en lo más profundo del bosque, para que le diese su bendición y pudiera marcharse con él y casarse. El rey la dio su bendición, pero con una única condición. Que si su amado la era infiel, tendría sería castigado con la muerte por ello. Ondina aceptó.
Ella y el príncipe se casaron. Y durante largo tiempo fueron felices. Pero con el paso de los años Ondina vio flaquear a su marido y notó que tonteaba con otras mujeres. Ella aún enamorada proundamente de él decidió abandonarlo para tratar de salvar su vida. Volvió al palacio y le dijo al rey que había abandonado al príncipe porque ya no lo deseaba.
El príncipe sin saber porque su amada se había marchado entristeció, pues realmente era a la única mujer a la que seguía amando y siempre la había sido fiel y se lo sería mientras ella viviese. Pero como pasaron los años y ella no volvió la dio por muerta y al cabo del tiempo se volvió a enamorar y se casó de nuevo. El rey de las nixies lo supo y reclamó que fuese castigado. Y era Ondina la que debía llevar a cabo el castigo.
Cuando el príncipe salió a pasear a la orilla del lago (pues el bosque se encontraba en sus dominios y su palacio estaba muy cercano a él) Ondina emergió de él y lo llamó. ël loco de amor se acercó a ella. Ambos se abrazaron, ella no quería llevar a cabo el castigo. Y lo besó proundamente y se sumergió en las aguas. Él murió ahogado en ls profundidades del lago en medio del pasional último beso de Ondina.


Nunca supe si finalmente Ondina consiguió un alma y al cabo de los siglos cuando pereció se reencontró con su príncipe amado. Pero siempre me encantó la historia. A veces desearía se alguno de los dos y que me hubiesen amado tanto.