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El Paraíso de los Anhelos Perdidos

Imaginaciones

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El otro día ví un cortometraje acerca de una chica con esquizofrenia. Algo que no se descubría de forma sorprendente hasta el final del mismo. Me dejó una sensación extraña.
Una de las mayores cosas que poseemos cuando somos niños es la imaginación. Nuestros sueños y nuestra creatividad. Pero llega un momento en que por una u otra causa somos arrancados de todo nuestro mundo imaginario y arrojados a una cruda y dolorosa realidad. De repente desaparecen las hadas, los dragones o ya no somos capaces de ser cualquier cosa que deseemos. Es más, llega un momento en que si nos acojemos a todos esos sueños de infancia éstos comienzan a tornarse en pesadillas. Y nuestro paraíso se convierte en nuestras más profundas fobias.
La línea que separa la imaginación de la locura es cada vez más delgada según crecemos. De niños tenemos una libertad inmensa y el mundo es nuestro. Cada segundo que pasa un hada muere, un sueño desaparece, el roce de la imaginación se desvanece de nuestro mundo. Y marchamos impasibles, sin saber que ocurre, hacia el mundo unitario, el mundo real. Hacia el fin de nuestros sueños. Y atrás queda nuestro Paraíso. Puede que mañana nuestros hijos obtengan el suyo propio y puedan saltar entre las piedras del río o hablar con las mismas ninfas que hablaste tú de niño. Pero tus sueños ya habrán muerto.
Y así continuaremos marchando. Pasando a través del mundo. Tal vez sean los sueños los que realmente queden y lloren nuestras muertes, y en el fondo los sueños de todos sean los mismos.

4 comentarios

Vernis -

no sé lo que daría yo por volver a creer que podía salir de los grifos de mi casa cocacola...

Ehire -

Eso se debe a que hay cosas que un niño de 10 años nunca debería plantearse. Y yo lo hice. Mi infancia fue una época cargada de sueños, pero también de tristezas. Hay muchas cosas de entonces que no deberían de pasar en una infancia.

Daphnaia -

Una vez dijiste que no habías disfrutado lo suficiente de tu infancia.

No sé por qué lo dices, si tú pudiste permitirte soñar.

Hamlet -

Hay sueños que mueren por sí solos porque no fueron creados para durar más que la infancia.

Hay otros sueños que los matas tú sin darte cuenta.

Hay otros sueños que son asesinados por la realidad exterior pero que tú puedes resucitar.

Vivir en un mundo de sueños no es bueno al igual que no lo es vivir en uno sin ellos.